La noche del sábado 1.° de setiembre, dos mujeres se encontraban en labor de parto en el Hospital San Vicente de Paúl, en Heredia.
Una de ellas tuvo que ser intervenida inmediatamente porque su caso se agravó y fue considerado una emergencia obstétrica.
La otra mujer había ingresado al hospital desde el viernes 31 de agosto, proveniente de Varablanca, el quinto distrito del cantón central de Heredia.
Su bebé, Eithan, se sentía aún muy a gusto dentro del vientre materno.
Por eso, aunque los médicos habían calculado su nacimiento para el 23 de agosto, ocho días después el primogénito de Madelyne Alvarado Calvo y Reinier Brenes Calvo seguía cómodamente flotando en el líquido amniótico que lo protegió y alimentó desde su concepción.
Las características del bebé obligaron a los ginecoobsetras a internar a Alvarado desde el viernes y a esperar que el parto se produjera en cualquier momento.
Según explicó el jefe de ese servicio en el hospital herediano, Násser Alrashdan Bejarano, los últimos ultrasonidos hacían preveer que Eithan sería un bebé grande que dificultaría el parto por vía vaginal.
Pesaría alrededor de 4.000 gramos, mediría más de 50 centímetros y la circunferencia de su cabeza impediría su paso por el canal de parto sin producir antes algún trauma a su mamá, primeriza en esta experiencia de traer hijos al mundo.
Entre el viernes y la noche del sábado, tuvieron en observación a Alvarado, esperando que se abriera un espacio en sala para realizar la cesárea y que Eithan se acomodara para nacer.
Los casos que entraron de emergencia desplazaron hasta el sábado en la noche el nacimiento de Eithan, quien salió del vientre a las 9:27 p. m., según marcó el reloj del instrumental de anestesiología.
La hora la corroboró una y varias veces más el personal a cargo de atender el nacimiento. El dato lo tenían que enviar a un enlace establecido por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para registrar los nacimientos que se produjeran entre las 9:20 p. m. y las 9:30 p. m. de ese sábado.
Según la información oficial, se produjeron tres. Una niña nació a las 9:26 p. m. y otra más a las 9:29 p. m. La CCSS no especificó cuál de esos nacimientos se produjo en el Hospital San Carlos y cuál en el Enrique Baltodano de Liberia, en Guanacaste.
El segundo nacimiento fue el de Eithan, a las 9:27 p. m., registrado en el Hospital San Vicente de Paúl, en Heredia.
La hora en la que nació le da una altísima probabilidad de ser el tico 5 millones, pues según las proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), ese habitante nacería en cualquier parte del país a partir de esa hora. Eithan lo hizo con una puntualidad inglesa.
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Esperado y soñado
Este bebé llega a una familia con herencia de agricultores. Vivirá en una de las zonas montañosas más hermosas del país, Varablanca, caracterizada por el verdor de su bosque nuboso y la presencia de bellas cataratas.
Su papá, Reinier Brenes, es hijo de un agricultor. Su mamá, Madelyne, es también hija de agricultores, ganaderos y comerciantes de la zona.
Sí, ellos habían escuchado hablar del tico 5 millones, pero aquella noche de sábado estaban más preocupados porque su primogénito naciera bien y sano, que en recibir la etiqueta tan esperada por todos este año.
“Esto es una alegría, primero porque es nuestro bebé”, dijo Brenes pocos minutos antes de vestirse de verde para ingresar al quirófano y presenciar, a la distancia, el nacimiento de su hijo.
Reinier se dedica a la instalación de vidrios, aunque en su tiempo libre ayuda a su familia en las tareas agrícolas.
“Como toda mamá, quiero solo lo mejor para mis hijos. Estoy feliz por la bendición de la llegada de mi bebé y la sorpresa de que podría ser el niño 5 millones de Costa Rica”, agregó sonriente Madelyne, quien se dedica a las labores del hogar.
La joven mamá fue ingresada a una de las salas de operaciones del hospital, ubicadas en el segundo piso. Alrededor de diez personas, entre médicos, enfermeras y técnicos, esperaban por ella. Reinier Brenes quedó puertas afuera, por tratarse de una operación.
El nacimiento fue cuestión de segundos una vez puesta la anestesia, a cargo del especialista Víctor Vargas Barquero.
Násser Alrashdan Bejarano fue el ginecoobstetra responsable de la cesárea. Lo asistió Roberto Brenes Esquivel, quien soltó una canción con su voz de tenor apenas Eithan salió del vientre.
“Despierta, mi bien despierta, mira que ya amaneció”, cantó y despertó al bebé quien soltó su primer llanto antes de pasar a manos de la pediatra neonatóloga María Ugalde, responsable de medirlo, pesarlo y verificar que llegó con la salud con la que lo aguardaban sus padres.
La nueva familia, podría ser dada de alta a más tardar este lunes, pues el protocolo indica que se deben dar 24 horas de vigilancia tras una cesárea, informó el director del hospital, Mario Ruiz Cubillo.
Será cuando emprendan viaje hacia las montañas de Varablanca, el nuevo hogar de Eithan.